viernes, 27 de noviembre de 2009

Objetivo: Comprender que el cristiano es un hombre de esperanza y la debe hacer presente en el mundo en que vide.

Narración:

Día de nubes en el cielo.

Símbolo de una vida de pequeñas y continuas dificultades.


Un cielo así, sembrado de nubes, es el cielo más corriente y ordinario de la vida.

Pensar que la vida puede ser un día claro, perfecto, azul, sin mancha alguna, es no reconocer la vida tal como es; es negar la misma realidad.

Eso sí, no todo son nubes; detrás de las nubes hay algo más...

Detrás de las dificultades y problemas de cada día, está la esperanza de un mañana de paz y felicidad.

Detrás de los nubarrones de hoy está el amanecer de un nuevo día mejor, que levanta nuestro corazón hacia arriba.

Si en la vida nos es tan fácil lamentar con pena las nubes negras, ¿ por qué no descubrir también con gozo el azul del cielo detrás de ellas ?

Todos deberíamos recordar que donde hay nubes, hay cielo. Y que mientras las nubes de la vida es dejarse llevar por el pesimismo, ver detrás de cada nube un cielo azul que nos espera es ver las cosas con más exactitud y realidad, con un corazón grande y joven.

Dime, ¿ no es verdad que tu corazón va notando más cada día el peso del cansancio diario y ello le nubla su confianza en el porvenir ?

Si es así, recuerda como remedio este hermoso pensamiento: Por encima de las nubes, el cielo sigue siendo azul.

Miguel Bertrán Quera.

Preguntas para el diálogo:

1.¿ En qué te hizo pensar esta reflexión ?
2.¿ Conoces personas que se queden solamente en los nubarrones ?
3.¿ Cuál es tu actitud frente a los problemas ?
4.¿ Por qué afirmamos que el cristiano es hombre de esperanza ?

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